El sábado día cinco de junio de 2.010 se celebró la Romería a Nuestra Señora de la Langosta. Una nueva Romería más a añadir a los que, como tanta gente, llevamos muchos años participando. No recuerdo con exactitud que año fuí por primera vez, pero se que era muy niño, tal vez cinco o seis años. Como ya os dije, aparte del contenido religioso, esta Romería significa mucho para los que somos asiduos participantes en élla. Volver a ver a nuestras amistades, reencontrarte con gente con la que durante el resto del año no coincides, celebrar un día de fiesta, recordar viejos tiempos, comentar con la gente que YO conocí la antigüa Ermita, en fin muchas cosas que tienen como nexo de unión LA VIRGEN DE LA LANGOSTA y ALPEÑÉS. Siento no poner fotografías pero, como de costumbre, la cámara de fotos se quedó en el coche durmiendo la siesta. Solo salió cuando un amigo disfrutaba de una agradable siesta y pensé en hacerle una fotografía de recuerdo para él, que, como es lógico y normal no voy a enseñar a nadie por respeto hacia su pequeño descanso.
Este año fue muy especial para mi la Romería. A la presencia de mis amigos y demás conocidos, se sumó la compañía de mi novia, Laura. Este año es la primera vez que participaba y creo que lo pasó muy bien.
Fue un día muy agradable. Al buen tiempo se añadió el hecho que durante buena parte de la mañana el sol estuvo parcialmente escondido entre nubes y no calentaba en exceso. La comida como siempre, genial. La compañía exquisita. ¿Qué más se puede pedir? La sobremesa, después de que los más "GUIÑOTEROS" fueran a participar en el concurso de Alpeñés, resultó de los más entretenida: tuvimos la suerte de contar con la actuación "in situ" de uno de los mejores magos y humoristas que han nacido en estas tierras de Bañón: MANOLO (si, con mayúsculas, porque es mi primo). Nos deleitó con numerosos juegos de cartomagia y tuvimos ocasión de entretenernos con sus juegos de ingenio.
Por la tarde, regreso a Bañón, después de un paseo por Alpeñés. En Bañón, visita al bar para comer unos helados que apetecían gracias a la climatología, tomar unas cervezas (las mías sin alcohol), paseo por el pueblo para bajar un poco la comida del mediodía y por la noche cada cual se preparaba la cena en su peña o donde le apeteciera.
Después de la cena y correspondiente sobremesa, discomóvil en el pabellón para los más bailadores.
Y, como no, a esperar la ROMERÍA A NUESTRA SEÑORA DE LA LANGOSTA 2.011.
Saludos a mis lectoras y lectores.
Pasad buen fin de semana.
Hasta la próxima.
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